19/5/12

BERLIN AM ZWEITEN TAG


































Una de las ventajas de mis fobias es que, en ocasiones, disfruto de escaleras maravillosas como esta. Algún día les dedicaré una entrada. En el hotel Ellington lo hice varias veces al día y como otras cosas que visitamos, forma parte indisoluble de mis recuerdos de este viaje.

Berlín am zweiten tag empezó como lo había imaginado desde Madrid, pedaleando a través del frondoso Tiergarten  para  llegar a Bradenburger Tor. Atravesamos la puerta en nuestras bicis, sobrecogidos, para enfilar Under Linden hasta que llegamos a la Museumsinsel. Seleccionamos el Pergamonmuseum y el Neues Museum. Ambos museos tienen infinidad de tesoros alojados en su interior. En el Pergamonmuseum; el altar de Pérgamo, la puerta del mercado de Mileto, la puerta de Ishtar. En el Neues Museum, la pieza estrella, es busto policromado de Nefertiti. Sin embargo, no fue esa pieza la que más me llamó la atención, en una sala contigua se muestra un busto de la misma reina egipcia, de menor escala, más íntimo  y limpio ,que te hipnotiza cuando lo observas.



















Nos pareció buena idea continuar visitando los museos de Berlín al día siguiente y dedicar la tarde a descubrir la vida de los Berlineses. No creo que sea capaz de saber que es lo que más me gusta hacer cuando viajo. En Berlín esta decisión sería aún más difícil, es una ciudad llena de vida o, al menos, así se mostraba esa tarde de primavera.

Comimos al aire libre en un italiano con mantel de cuadros y luego paseamos por las calles de Mitte-Scheunenviertel,   antiguo barrio judío de Berlín, que se ha convertido en un lugar cuidado, preciosas y pequeñas tiendas, galerías, cafés, terrazas y, sobre todo, lo más característico su maraña de callejuelas y patios restaurados lleno de rincones especiales; Hackechsen Höfe y Sophie-Gips Höfe.

















Tras un largo paseo y muchas fotos, nos sentamos en una terraza a tomar unas cervezas. Empezó a llover a mares pero, cobijados bajo una sombrilla, esperamos hasta para volver al hotel en nuestras bicis. Esa noche nos esperaba una estupenda cena en Cookies Cream. Es un restaurante de comida vegetariana escondido en la patio trasero del un hotel, cerca de Under Linden. Nos costó un poco encontrarlo hasta que al final dimos con esta puerta, ¡¡¡sorprendente!!!

www.cookiescream.com

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