Antes fueron Sábado y Chesil Beach. Mi tercer encuentro con Ian McEwan no me ha dejado indiferente. No tanto por la historia que cuenta este escritor inglés sino por que he conseguido concentrame en su lectura sin ningún esfuerzo, disfrutando de la interesante rutina de su protagonista.
Fiona Maye, jueza
de familia volcada en la resolución de conflictos
interculturales, se enfrenta a un caso de un adolescente que, debido a sus creencias, se niega a recibir una transfusión de sangre, necesaria para combatir la leucemia que padece.
No hay comentarios:
Publicar un comentario