12/4/12

DO FUIR

Hotel Ellington. Berlin

























Berlín nos espera y, como siempre, la preparación es casi tan emocionante como el viaje. Andrés Trapiello, escritor leonés al que admiro y he seguido durante muchos años, escribió un artículo que define esta sensación maravillosa del viaje como huida.

Do Fuir


Podrían enumerarse cientos de citas y de versos en los que se expresa el deseo universal de huida, que es, como se sabe, la forma extrema y radical del viaje, el viaje en una sola dirección, sin retorno. Y es universal ese deseo, porque en algún momento de nuestras vidas lo hemos sentido todos.


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Cada uno de nosotros hemos ido a lo largo de los años labrando en la imaginación y almacenando en lo más hondo del corazón esos lugares a los que, nos decimos, partiríamos "mañana mismo". Pocos  actos humanos estarán más sujetos al dictado de los sentimientos que el partir, el del viaje. El que trabaja en la ciudad, sueña con el campo. El que vive en medio de la naturaleza, en la pequeña aldea, reconstruye en sus sueños los bulevares de París, los canales de Venecia, las vacías calles praguenses.


[...]


Para algunos el viaje son los preparativos y nada puede igualar a los días que preceden a la partida. Otros, por el contrario, cifran su encanto en ella o en la llegada, mientras que para muchos más solo el retorno, finalmente, justifica afrontar lo desconocido, la incertidumbre, la incomodidad y el cansancio que trae aparejado el viaje. 









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